jueves, 1 de enero de 2015

EL ULTIMO HUERTANO


Es grato comprobar, que se actualizan los recuerdos y a las personas que un día estuvieron entre nosotros, es una pena que esta memoria sirva algunas veces más guiadas por el personalismo que por la realidad. Nunca fui partidario de hacer los homenajes a título póstumo, las envidias (pecado nacional), los intereses económicos, otras veces, nos hacen movernos a realizar un reconocimiento merecido.
En vida, ante la idea de mi ideología, de honrar en vida a quien se lo merece, recibí críticas, que si hoy les mirara frente a frente, les respondería a la pregunto que me formularon:
¿Y tú quién eres para encabezar este reconocimiento? ¡Hay otras personas que se lo merecen más!
Yo soy quien expuso su dinero (el cual recuperado), el que después de recibir la parte correspondiente a los libros sobrantes de la cena homenaje, no vendió ningún ejemplar, todos ellos regalados a las personas que así me lo solicitaron y además los 15 ejemplares, que todavía obran en mi poder, los entregaré a los primeros quince que me lo soliciten (pero que entiendan que no son para venderlos).

Esto sería para escribir una  nueva obra, pues estoy seguro que algunas personas que estén en el acto de entrega en Patiño, del Monumento a Manuel Cárceles Caballero, sentirán vergüenza y envidia, de ver a “El Patiñero”, en un parque de Patiño y espero que no le tiren tomates ni huevos. De ahí que su primer emplazamiento fuese en Murcia, dentro del Barrio de San Benito, al cual pertenece Patiño.






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