domingo, 14 de octubre de 2012

XXX ANIVERSARIO DE LA FEDEFERACIÓN DE PEÑAS HUERTANAS DE LA REGION DE MURCIA


REFLEXIÓN:
BANDOS de la huerta, si bien su nacimiento fue en 1850/51, estos Bandos, se publicaban cada año en fiestas de Carnaval, hasta 1879 que fue el ultimo de aquellos entusiastas de la parodia del habla de la huerta, el 15 de octubre de 1879 nos vino la desgracia de la riada, llamada de Santa Teresa. Como consecuencia de ello y otras circunstancias, aquellas plumas o intelectuales que cada año escribían sus Bandos, dejaron de hacerlo.
   Tras cerca de veinte años, que solamente se comentaba los desaparecidos BANDOS de la huerta, en 1899, el Diario de Murcia, felicitaba al Sr. Mestre Martínez, redactor de “La Correspondencia” por su avance de programa de Fiestas de Primavera, en el que figuraba como festejo el Sábado de Gloria, una cabalgata alegórica a la “Comedia” y en la que figuraba Bando de la huerta, cerrando la cabalgata una carroza dedicada a Feliú y Cordina y a Granados. Publicándose ese año el Bando de José Frutos Baeza “UN NOVIO EMPENALIZAO”. Frutos Baeza y otros amantes de nuestros festejos, volvieron a renacer los BANDOS de la huerta, esto dio lugar, que en las Fiestas de Primavera de 1901, salió la cabalgata del BANDO DE LA HUERTA, esta vez como festejo de las Fiestas de Abril. En septiembre de 1939, volvió a salir (después de estar varios años sin hacerlo tan querido festejo, por la guerra civil); de esta fecha, hasta finales de 1975, lo organizaban comisiones de festejos y alcaldes pedáneos. Después, durante varios años lo organizó una Junta Gestora, con sus luces y sus sombras.
   En 1982, fue el ultimo Bando de la Huerta dirigido por los miembros de la Junta Gestora; ésta formada por: Presidente: Francisco Paredes Tornel, (Presidente de la Peña La Seda).
Secretaria: Dolores Navarro Botella (Presidenta de la Peña La Pava). Tesorero: Antonio Guzmán (Presidente de la Peña El Alcancil). Y miembros de las distintas peñas, que se adherían a colaborar sin voz ni voto, por lo que ocasionaron el último año, de un sinfín de controversias, tanto de sus dirigentes como del tiempo (lluvia el día del Bando).
Con los titulares en prensa de:
-BANDO DE LA HUERTA ROTO
-EL ALCALDE COMPUESTO Y SIN BANDO
-LA LLUVIA MALA HUERTANA
-EL MAL TIEMPO ESTROPEÓ EL BANDO DE LA HUERTA
-EMOCIÓN, VITORES Y LAGRIMAS ANTE LA FUENSANTA
- SE “ROMPIÓ” EL BANDO DE LA Huerta (pese al acuerdo de suspenderlo, desfilaron 31 carruajes)
-EL BANDO SE SALIÓ DE MADRE
-(El presidente de la Federación de Peñas Huertanas) CALIFICA DURAMENTE A LOS QUE DESFILARON AYER
-PROTESTAS CONTRA LAS DECLARACIONES DEL PRESIDENTE DE LAS PEÑAS
-GARRIDO QUERIA SACAR EL BANDO
-(Puntualizaciones del presidente de la Federación de Peñas Huertanas), “NO HUBO INTENCION DE OFENDER A NADIE”
   Fue mucha la tinta que se invirtió y muchos los comentarios sobre el Bando 1982; errores, protagonismo innecesario, por parte de toda la organización, más lo que esta Junta Gestora, arrastraba de años anteriores y el malestar de las peñas que participaban en el Bando, se reunían para el evento, pero no estaban federadas.
   Esto dio lugar a un movimiento por parte de un grupo de presidentes de peñas huertanas; estas en reunión realizada en la Peña Huertana El Azahar, se tomó el acuerdo de citarlas a reunión a todas y nombrar una nueva presidencia.

TREINTA ANIVERSARIO DE LA FEDERACIÓN DE PEÑAS HUERTANAS

   El 19 de Julio de 1982, en Asamblea General de todas las peñas reconocidas, y mediante votación, fueron elegidos:
Presidente: JUAN GARCIA SERRANO, (Presidente de la Peña La Crilla)
Vicepresidente: ANDRES BALIBREA SERRANO, (Presidente de la Peña L’artesa)
Secretaria: DOLORES NAVARRO BOTELLA, (Presidenta de la Peña La Pava)
Vicesecretario: JESÚS FERNÁNDEZ FAURA, (Tesorero de la Peña El Apio)
Tesorero: ANTONIO GOMEZ SAEZ, (Presidente de la Peña El Zaragüel)
Vocal de Relaciones Públicas: JULIAN SERRANO MENDEZ,  (Presidente de la Peña Los Güertanos)
JOSE PALMA MORAGA. (Presidente de la Peña El Azahar)
Vocalías por definir: 
LUIS CAMPILLO VEGUILLA. (Presidenta de la Peña La Panocha)
JOAQUIN VALLEJO. (Presidenta de la Peña La Breva)
JOSE TORNEL. (Presidenta de la Peña El Mortero)
   El lunes 20 de Septiembre de 1982, en el Hotel 7 Coronas, se presentó, la nueva Junta Directiva electa, con asistencia miembros de la Junta Gestora saliente, de todos los presidentes de peñas reconocidas, autoridades y medios de información.
   Todo lo expuesto da lugar a la efeméride por la cual el día 19 de julio de este año, LA FEDERACION REGIONAL DE PEÑAS HUERTANAS DE MURCIA cumplió su treinta aniversario.
   Desde 1982 hasta la fecha, fueron varios los cabezas visibles, presidentes, líderes de la Federación de Peñas Huertanas (o lo que queramos llamarles), lo cierto es que el funcionamiento de estos señores, se le apuntaba los éxitos y los fracasos, cuando la realidad, estos eran fruto del equipo que lo componían. Las cabezas visibles, parecía que trabajaban altruistamente por Murcia y el tiempo ha demostrado que en más o menos cuantían ha sido Murcia la que ha trabajado para ellos. ¿Cómo?:
   -El personalismo da lugar a la valoración del caché y aprovechamiento del cargo.
   -Pensar que ser presidente de una organización sin ánimo de lucro, era lo suficientemente importante como para llegar a Presidente de la Comunidad (un decir), cuando su categoría al servicio de una comunidad era tan modesta como ser rabo alcalde.
  -No pensar que nuestra Comunidad Federativa, es un servicio a nuestros asociados, que el líder, presidente, o cabeza visible, debía exponer a sus asociados las normativas a realizar y por votación  llevarlas a cabo o no, no darse la importancia de ser más protagonista que los propios que le mandaban, y dejarse a un lado a todos; y gastar lo que no tenia.
   -De igual forma que  no se debe decir si a todo cuanto te prometa los políticos de turno, hay que pensar que estos le comunican a los cabezas visibles, (los que retienen a la plebe), con falsas promesas; con presencia en actos para dar a entender que cumplirán sus promesas; pero al final se dan cuenta que todo es mentira. No consiste en ser buenos y honrados, hay que tener una mano izquierda para veladamente responderles que ya está bien, ¡que no les tomen el pelo!
   Treinta años de los cuales, si bien es mucho lo realizado en la modernización, propagación del BANDO DE LA HUERTA, esto es el principio; todas las peñas federadas y Murcia en general, debemos tener conciencia que, ante los problemas que surgen cada año para sacar el Bando a la calle y la dificultad económica que atravesamos encima; los amantes de este festejo, tenemos que demostrar que somos capaces de mejorarlo. En 1982 se dio un salto, a partir de ahora deberá ser otro superior.
   La nueva andadura, las peñas huertanas en general, y los amantes de este festejo (sin personalizar a nadie), se debe refundar la Federación con:
   -La Federación debe ser un órgano gestor al servicio de las peñas (no al político de turno), los acuerdos tomarlos en asamblea, de las propuestas de la Junta Directiva.
 -Los asociados tendrán deberes y obligaciones; los incumplimientos se resolverán en asambleas generales.
Estos puntos en 1982, fueron cambiados por que las peñas eran independientes. Efectivamente las peñas son independiente, pero si se asocian ya no lo son, porque la libertad de una termina donde empieza la libertad de los demás. La que no quiera tener deberes y obligaciones, que no se asocien.
Nunca segundas parte fueron buenas, esto es por los rumores personales y políticos de querer hacerse cargo de la Federación Regional de Peñas Huertanas. ESTAR ALERTA, Y EL QUE PIERDE LA MEMORIA, ESTÁ EXPUESTO AL FRACASO. Hagamos una mesa redonda y que cada líder a la presidencia exponga su plan programático. Una cosa es el Festejo Bando de la Huerta (festejo capitalino) y otra muy distinta, Federación Regional de Peñas Huertanas, que su propio nombre lo dice todo.
   Igual que Reina de la Huerta (Capital), que Reina de la Huerta de la Región de Murcia. El organigrama, costo y candidatas (que se pueden presentar) es totalmente distinto. ¿OJO?

viernes, 12 de octubre de 2012

PRIMER BANDO EN LAS FIESTAS DE ABRIL


COMO MÁS ABAJO INDICO EL PRIMER BANDO DE LA HUERTA COMO FESTEJO EN LAS FIESTAS DE ABRIL, SALIÓ EN 1900. A PARTIR DE ESA FECHA HA SUFRIDO INFINIDAD DE TRANSFORMACIONES, SI BIEN LO ESENCIAL NOS HA LLEGADO HASTA NUESTROS DÍAS

AÑO VIII NUMERO 2406                                                 El Liberal                              Domingo 28 de Marzo de 1900
 ULTRA
Y más allá de esto, los sardineros y los comprometidos a dar una buena corrida de toros, una Batalla de flores que no desdiga de las ya libradas, un Coso blanco como la nieve y digno de los que fueron, trabajando con entusiasmo en su preparación.
No se ha dicho nada en ningún periódico, del Bando de la huerta; pero yo puedo asegurar a los lectores, que no faltará en estas fiestas de Abril esa nota especialísima de color local. A mí me han comprometido a que escriba un bando y a que comprometa a mi amigo Frutos para que escriba otro. Yo lo voy a hacer y el panocho de mi antiguo amigo, no me negará su concurrencia.
Tal vez este año, que se prepara el Bando de la huerta, modestamente y por dos aficionados, salga mejor que otros años. Allá veremos.
                                                                                      José Martínez Tornel

 Domingo, 15 de abril de 1900                                       DIARIO DE MURCIA                                                            Pág. 2


Bando Huertano


Es el Bando de la Huerta
hermosa nota local
que recuerda otras costumbres
que no debieron pasar.
En otros tiempos salía
siempre por el Carnaval,
el inolvidable López,
Don Joaquin (descanse en paz),
vestío de zaragüelles
y con su faja encarná,
encima de una carroza,
daba una vuelta triunfal
echando el Bando en distintos
parajes de la ciudad
y hablando el huertano puro
con inimitable sal.

Vaya un retazo de Bando
siquiera por recordar,
los que escribimos entonces...
y como salga, allá va:

Como san puesto las cocas
en lo que no es rigular,
y er que se calla lo ividen
y estrocean por mitá;
yo he salío esta mañana,
asina, pa pretestar
de que al probe de la huerta
no lo ajen vivir en pás.
Cuando están más escudiao
en la orilla del brazar,
en cuquillas, ó jumando,
ú rascándose el nial,
llega el acomisionao
de la contrucion pasá
y les saca de la faja
dista el último real.
Pero esto pasa en Zaraiche
y no pasa en los demás
partíos que tienen ese,
influjo, y un concejal.

Póeso, y poque no esteís sólidos
como está en su cornijal
atao a la probe estaca
el qne no quiero mentar,
me vais a sacar a mí,
en la primera votá,
deputao de Zaraiche,
rabo arcarde y cornijal,
y entonces vereis gusotros;
si ná quisieran repretar,
como enderezo la vara
par que haga arguna pillá
y lo eztripo y de seguía
le cuesta la torta un pan.

Aemás le daré al partío
licion de moralía
el zagal irá a la escuela
a disprender el be á ba,
y no cojerá basura
dista que tenga la edá
pa iferenciar una burra
de un burro por la mirá;
las jóvenes del partio
no golverán a cantar
ni er «Pícarme aquí» ni aquello
que en estos años de atrás
cantaban en el treato
sin senaguas y sin ná.

Los hombres al ventorrillo
no los he de ver entrar,
primero porque no beben
allí más que solimán,
y segundo porque alluego
pierden la luz natural,
se emborrachan malamente,
y en su vivienda, al entrar,
a la mujer y a los hijos
empiezan a dar patás
en cualquier parte a las probes
que estaban durmiendo ya.

Juebo de cartas, nenguno,
aunque sean carte's,
porque el juego es el que tiene
a muncha gente arruiná,
gente que han sio mayorajos
y abora no pintan na
Así tendré yo el partío
hecho una piña cerrá:
a esora no se oirá un timple
ni a nenguno relinchar,
y ofenderemos los jueros
de la ley, de la verdá.
Porque como van los tiempos
y como us he dicho ya,
si no me ato los calzones
y no hago nigunas asnás
paro asnás de esas que hace
abora la autoridá
nos van a dejar sin rio
y sin agua pa regar.



viernes, 5 de octubre de 2012

EMILIO MARTÍNEZ LÓPEZ


DESPEDIDA COMO PANOCHISTA DE EMILIO EL DE LOS MUEBLES, EN FIESTAS DE PRIMAVERA DE 1952
A Murcia mi querida tierra y su huerta; a las Autoridades; a la Prensa y Radio; a mis amigos y admiradores todos; a cuantos han seguido a  través de treinta y nueve años mi humilde labor de divulgar el habla «panocha», encariñado con su tipismo, dedico este libro con el Bando y Soflama que recito este año por última vez.
No es que piense ausentarme del Mundo por ahora, ni por que me sienta cansado de hacerlo; sino por que, como dijo el clásico, «una retirada a tiempo es una victoria».
Al dejar paso a los elementos juveniles que continuen esta labor, y retirarme de este querido festejo que es el «Bando de la Huerta», hago esta ofrenda cordial a cuantos me alentaron y aplaudieron durante tantos años...
EMILIO MARTÍNEZ LÓPEZ
¿Emilio el de los Muebles)

BANDO
Prencipio

Hay munchas reformauras
que el Molecipio enjareta
y que ya s’han puesto en turno
pa si la fecha le allega,

pero hay una c'hace farta
y tié que ser la primera
y es, que deben mercar
en cuanti pasen las fiestas
un motor litroginao
pa frabicarse lus-létrica
y quitar esos quinqueses
y las botellas con velas

y cuando haigan ristrinciones
no estará como una cueva
y espacharán papelotes
con más ú con menos priesa.
¿Es que es justo, recaliche
qu'en una casa como esa
no se frabiquen la lus
con los millones que entran?

A ver si mercan el grupo
pa que al trebajar se vea
porque Guillén el Melendes
con muncha razón protesta.

Segundo
Cuando allegue el mes de Mayo
anque no han dicho la fecha
van a bajar tos los precios
de las botas y esparteñas
el pritolio y el carbón
(porque la cosa está negra)
y en principal, la comia
que mercamos cuando hay perras.
Es que con tó este barullo
los intestinios flojean,

y como semos sencillos
no entendemos d'etriquetas
y nos hacemos un lio
cuando entramos a las tiendas.
Que si en Agosto eran diez
y abora en Abril, son treinta.
¡Caballeros! ¿Es que estamos
jugando a la coroneja?

¡Si han subio hista la basura!
Y si anguna vez se tercia
c'apeteces gotifarra
y quies mercar dos pesetas
te dá una patá el tendero
y techa juera e la tienda,
pos si a esto no dan un sejo
y no s'ataja a toa priesa

tendremos qu'ir con el plato
a la cocinilla ¡lecha!
Tuiquio lo han puesto mu caro.
¿Pero y la custión de telas?
Nus vestiremos con sacos
(que no haigan renio pimienta)
y s'le hacen tres bujeros

y palante ¡que puñema!
Abora, si toas las cosas
es que las mandan d'ajuera
por el Canal de Soez
pos hay que tener pacencia
y asperar ha que lo monden
que sigún dicen va a priesa
y que enantes de seis años
dende luego esto s'arregla.

Remete
De las cosas que hay p´acer
ya tenemos una hecha,
y es, que los molecípales
abora van a la escuela
los miércoles por la tarde
dimpués c'han dormio la siesta,

¡Pero que nenguno farta
manque caiga en día d'fíesta!

El maestro Quintanilla
(que no esfisa a una galera
 anque lleve dos caballos)
s'esclafa sus gafas recias,
tira dos u tres repullos
y espatarragao en la mesa
les da lección de franchute,
el Mericano de Mérica,
Húngaro, Italiano, Turco,
y el Indio cuando se tercia.
Pero la lengua panocha
dice que esa no la enseña
porque casi tos los juardias
son nacíos en la huerta.
Dende luego es güena cosa
porque asina ellos poglesan
y cuando allegue un torista
d'esos que vienen d'ajuera,
en cuanti anguno pregunte

ande para la Lorieta
ya nenguno s'aturulla
al dalle la expliecaera.
Cuando el maestro les pregunta
remaniente a toas esas lenguas
y contestan deseguía
sin atrancarse siquiera,
les regala pirulises,
regalicia, pipas secas,
una onza é chocolate
dos rosquillas ó una trenza.
Y los niños, cuando salen
dicen tos, ¡mecache en brevas!
pos no es tan fiero el LEON
como lo pintarrajean.

¡Angelitos de mi alma!
¡Que criaturiquias más güenas!
Y como ya están criaos
no necesitan chupeta
porque hay munchos c´han cumplio
por lo menos, los cincuenta.
HE DICHO

domingo, 23 de septiembre de 2012

HABLA DE LA HUERTA O PANOCHO

SIN ÁNIMO DE OFENDER, PERO SI DE PUNTUALIZAR
El diario El Tiempo de fecha viernes 10 de abril de 1936, en su número 8.993, publicó un extraordinario, dedicado a las fiestas de abril. Que entre otras cosas publicadas en una de sus páginas, firmada por Alberto Sevilla, ofrecía este escrito, censurando a los falsos poetas en cuando a la redacción del Panocho, lo cual se ajusta a la actualidad  después de más de setenta y cinco años. Hoy el leer y escuchar algunos Bandos, causa peña el mal uso del habla de la huerta de la Huerta o el Panocho.
TEMA MURCIANO
EL LENGUAJE DE LA HUERTA
En cierta ocasión, al referirme a un libro de cuentos de autor murciano, dije que el habla vulgar, conocida con el nombre de panocho, traspasaba en nuestro tiempo los linderos de lo conveniente y ridiculizaba, más que enaltecía, el léxico huertano. Tal afirmación, escrita a la ligera, que es como suelo redactar muchos de los artículos que doy a las cajas, causó mal efecto en el ánimo de un buen amigo mío que ha dedicado su inspiración, con preferencia, a los temas locales. Aquella disconformidad de juicio me hizo pensar en la conveniencia de tratar con extensión el mismo tema, relacionado con otros trabajos que salieron a pública luz hace mucho tiempo: cuando Mis quehaceres no eran tan abrumadores y el fardo de las amarguras era menos pesado. Pero, un día por otro, y un mes por otro mes, fue corriendo el tiempo, sin que las ocupaciones perentorias me dejaran un rato disponible para realizar aquel propósito y solazarme por medio de la pluma. Hoy, con motivo de una vacación forzosa, y aliviado de condolimientos físicos, voy a emprender la tarea de tratar acerca del lenguaje panocho.
En la huerta de Murcia se emplearon siempre palabras que no se registraron en los Diccionarios oficiales, y, en mayor número, otras pronunciadas defectuosamente. Partidario el huertano de la contracción, hubo de suprimir sílabas y de alterar los participios, de igual modo que se alteraron en distintas regiones españolas, aumentando sus giros peculiares. El idioma suele modificarse con arreglo a la Geografía; y es una verdad para mí axiomática, que en el hombre influyen poderosamente, tanto en su forma verbal como en sus ideas y sentimientos, el medio en que vive la luz, el paisaje, la temperatura… El huertano de Murcia sustituye las consonantes a su capricho; trastrueca las sílabas para hacer más fuerte o más suave la palabra; y cuando la mimosidad del vocablo lo requiere, no se conforma con el diminutivo importado de Aragón por los pobladores que arribaron con don Jaime hace siete siglos, y crea otro más acentuado, más original, recargándolo con un sufijo extraordinario: chirriqutíquio, por ejemplo.
En el lenguaje huertanro abundan las voces castizas que cayeron en desuso y que no son peculiares de la región murciana, sino de toda la Nación: lo mismo de Castilla que de Extremadura. Vocablos tan enérgicos y tan rudos como Juerza, juera y sernos, no son exclusivos de nuestra tierra, sino de aso frecuente de distintas provincias.
Podemos afirmar qua en la literatura murciana no hicieron su aparición los vocablos panochos hasta mediar el siglo XIX. En las colecciones de periódicos repasados por mí hasta esa época, no denotan los articulistas del siglo XVIII y principios del siguiente, el influjo del léxico vulgar. Me refiero a los idiotismos, a las contracciones violentas, que no al uso de voces características de lugares, de plantas, de frutos y de utensilios propios del trabajo, empleadas debidamente.
Cuando me propuse acopiar los materiales necesarios para la publicación de tres tomos que comprendieran el Vocabulario, el Cancionero y el Refranero murciano, hube de leer las obras publicadas por los escritores nacidos en mi tierra desde el siglo XV hasta el presente. No significa tal aseveración que, todos los libros dados a la estampa, fueran leídos por mí, sino gran parte de ellos, y con especialidad los de autores más reputados, incluso las Ordenanzas del Campo y de la Huerta. Descontada tenía la pobreza de giros vulgares en los escritores afamados, y por ello extendí mis indagaciones o pesquisas a otro sector menos docto, y, por lo tanto, más cercano a lo vulgar, que para el indagador era lo interesante. Salvo algunas voces, donde puedo decir que hallé las primeras páginas impresas en lenguaje huertano, fue en un libro de Ortega, cura de la parroquia de San Miguel, de esta ciudad, titulado El Pastor de Marisparza. Figuraba tal libro entre los que conservaba mi padre. Por cierto que, el autor de mis días, criado entre huertanos, y muy conocedor de habla vulgar, solía decirme que era exagerado el lenguaje del Pastor.
El cargo que desempeñaba mi padre le imponía el trato continuo con la gente huertana. Puedo afirmar que asido de su mano, anduve por los caminos y senderos de la huerta, y en mi niñez a los más viejos pobladores del Valle. No me atengo, pues, a la lectura, sino a lo que escuché de boca de los ancianos, hace medio siglo: cuando Martínez Tornel y Díaz Cassou estaban en la plenitud de su popularidad y de su talento.
No fue murciano el primer escritor que, en el siglo XVIII, trató acerca de nuestro lenguaje, en lo que se relaciona con la crianza del Gusano de la seda, como tampoco lo fue don Javier Fuentes, quien trabajó en Murcia con una constancia benedictina, en pro de la Historia, de la Arqueología, de la Literatura y de las Bellas Artes. El primero de ambos publicistas gozó fama de matemático e intervino en cuestiones importantes que afectaron a la Huerta. Don Antonio de Elgueta y Vigil, de quien he podido admirar planos muy hermosos, registró en una de sus obras más de un centenar de palabras murcianas; y un siglo después, don Javier Fuentes aumentó el caudal, incluyendo vocablos que son originarios de otras regiones.
Las voces vernáculas podemos repetir que hacen su aparición en la prensa y en el libro, después de mediado el siglo XIX, y adquieren la plenitud de su desarrollo cuando Martínez Tornel compone su hermoso romance titulado El busano de la sea, composición la más inspirada y fidelísima de cuantas se han compuesto en lenguaje panocho. Tal romance, obtuvo el premio en un Certamen literario; y aquel éxito merecido, sirvió le de estímulo a su autor para seguir cultivando el habla huertana. Fuentes y Ponte y Díaz Cassou escribieron algunas leyendas, recargando el empleo de voces vulgares, y Juan Antonio Soriano compuso sainete con acusado gracejo. El mismo Díaz Cassou, hombre de gran cultura y de radiante fantasía, coleccionó varios artículos con el epígrafe de Literatura panocha y recogió, de boca del pueblo, cantares que, unidos a otros compuestos por él, y presentados como si fueran populares, formaron el Cancionero, editado primorosamente.
La primera época del Entierro de la Sardina, marca en nuestra ciudad la iniciación del panocho en la literatura murciana. El ingenio picaresco de don Joaquín López; la gracia que derrocha cuando recita sus bandos, logran el éxito que apetece, al cual contribuye Pedro Aceña con su popularidad insuperable. Pero el romance panocho es Martínez Tornel quien lo eleva. Gracias a su inspiración, a su fecundidad, el habla huertana surge en los periódicos locales y asoma en las páginas del libro. A los romances moriscos, tan inspirados como el de don Lope Gisbert, que hubo de titularse «Hazaña de los cuarenta», aunque más conocido por «La Novia de Serón», suceden los de Martínez Tornel, rebosantes de sentimiento y de gracia. Este poeta popular no se circunscribe al habla de la huerta, y cala en el alma murciana, empleando para ello el leguaje usual y corriente, con el que logra sus mayores triunfos.
Poco a poco fue entibiándose el ardor panochista Martínez Tonel, coleccionados sus «Romances populares murcianos», en 1880, entregase de lleno a las tareas del periodismo. En sus Crónicas domingueras les ofrece, de cuando en cuando, a sus lectores, romances compuestos a vuela pluma. Junto a Martínez Tonel va perfilándose la figura de otro gran romancero: de Frutos Baeza. No tiene la espontaneidad ni la soltura de su maestro; pero le aventaja en corrección y si se me, permite la frase, le supera en picardía. Frutos, como Tonel, ama a su tierra con delirio y se enorgullece de su ascendencia huertana, cuyo lenguaje le enamora. Y entonces, impulsado por Frutos y patrocinado por el prestigio de Martínez Tornel, aparece «El Panocho», en cuyas columnas de tal periodiquillo semanal—suplemento de «El Diario de Murcia»—, brotan los primeros romances huertanos de Frutos Baeza; y cuando dicha publicación desaparece, por cansancio de sus redactores o por falta de protección del público, Frutos se erige, con justicia, en cancerbero del lenguaje pretérito de la huerta, y escribe bandos y soflamas, y recita sus propias composiciones, acompañado de Santiago Díaz, luciendo los clásicos zaragüelles, la faja, el jubón y la montera, lo mismo que hubo de hacerlo el popularísimo don Joaquín López, cuando estaba de moda «La causa forma al Emperaor de la Morisma».
Frutos se formó, literariamente, sin ayuda de nadie. Saltó de los bancos de la escuela a los talleres tipográficos, y, gracias a su talento y a su laboriosidad, conquistó un nombre envidiable entre los poetas y los prosistas murcianos. Pero ni Frutos ni Martínez Tornel labraron el pedestal de su fama por medio de la literatura panocha. Sus triunfos perdurables los consiguieron con sus romances inspiradísimos, parlados en lenguaje corriente, sin contorsiones de vocablos y sin trabas artificiosas. El alma murciana, que no radica exclusivamente en el léxico panocho, sino en las tradiciones, en las costumbres y en los fastos o anales de la Historia, ennoblecidos por sus creencias y aromados por la musa popular, vibró en las plumas de aquellos hombres, que tanto enaltecieron el nombre de nuestra tierra. Los bandos y las soflamas de Martínez Tornel y de Frutos, no pueden parangonarse con otras producciones de su ingenio. ¿Citar nombres? No es necesario. Dije siempre que los romances de ambos poetas son joyas que debieran lucirse a menudo, para recreo y encanto de los lectores.
Volviendo al habla vulgar, que sirve de tema a este trabajo, debo decir que, a medida que los pobladores de la huerta fueron olvidándose de ciertos vocablos, los poetas, en sus composiciones circunstanciales, cargaron la mano y subieron de punto el vocabulario panocho. Frutos extremó la nota, con relación a su maestro, como éste hubo de recargarla comparativamente con Ortega.
Nunca se habló en la huerta como hablan hoy los panochistas. Son cosas distintas la reciedumbre del vocablo y el dislocamiento de éste. Y es grotesco, además, descomponer palabras de reciente implantación, cuando quieren vitalizarse formas que cayeron en desuso. Los progresos científicos de que gozamos hoy, los desconocieron nuestros antepasados.
¿Que los Vocabularios regionales registran ciertas voces? Lógico es que las registren. ¡Como que muchas de ellas pasaron al Diccionario general, con el marchamo de provinciales! Las que no pasaron nunca, serán aquellas improvisadas por ciertos escritores, con arreglo a su capricho o a las exigencias de la rima.
Leamos a Martínez Tornel en uno de sus romances huertanos. Se expresó así en La Hilandera:
—«Zagala, vengo prendao
del trato de aquel francés;
mentres estuve en el cuarto,
platicando yo con él,
se tomó de una reoma
cuatro juentes de café.
                                                                                 

Como la hoja en el árbol,
eché a temblar con mi aquel,
y me pondría, de fijo,
más blanco que la paré;
la saliva me se puso
más espesa que la pez,
y una gota de sudor
me cayó en el zaragüel,
no digo que como el puño
pero si como una nuez.
Así hablaban los viejos huertanos que conocí hace medio siglo. ¡Cuán distinta la elocución de este romance picaresco, de la que ahora emplean ciertos cultivadores del habla huertana! Con sobrada razón dijo el gran periodista murciano: «Hablar en panocho, o sea en estilo de la Huerta de Murcia, no es decir un barbarismo con otro. Es dar a las frases el giro peculiar que dan en la huerta; es usar sus palabras, que algunas de ellas son muy castizas, por más que los que no conocen el castellano, las tienen  por desnaturalizadas.»
Como huyo siempre de la lisonja y acostumbro a expresarme sin titubeos, dije y repito que no debe admitirse la modificación fonética introducida recientemente en el lenguaje panocho, ni abusar de improvisaciones que conducen, más que al enaltecimiento, al ridículo. El habla tradicional de la huerta de Murcia no sirvió solo para hacer reír a la gente, sino para otros menesteres más elevados, más sentimentales y más castizos. En las Escenas murcianas de don Lope Gisbert y en la hermosa comedia de Feliú y Codina, por citar obras de ingenios muy esclarecidos, los personajes no despiertan solo la hilaridad, sino la admiración por sus acciones, dignas de aplauso. Además, en tales obras, y en muchas que omito, el lenguaje no es artificioso; fluye con naturalidad, con sencillez, cual corresponde a los asuntos o argumentos que en ellas se desarrollan.
Partidario de las costumbres populares, me interesé por la conservación de las tradiciones murcianas; y creyendo que en el vocabulario, en el cancionero y en el refranero radican el espíritu, el corazón y el pensamiento de mi raza, invertí años de trabajo para formar las colecciones que atesoran la innominada labor del más alto poeta que recibe el nombre de Pueblo.
Bien está que, de tarde en tarde, se estire la cola por las calles de Murcia, y que se luzca sobre las carretas el indumento huertano; pero sin que los poetas que merezcan tal nombre, circunscriban su inspiración a los bandos y a las soflamas, en los que suele adulterarse el lenguaje panocho... y el sentido común de aquellos antiguos pobladores de la Huerta que deleitaron mi niñez con la representación de sus juegos; con los aires de sus parrandas; con el regocijo de sus romerías y con el melancólico y dulce canto de la Aurora, que me despertó muchas veces cuando la cuadrilla entonaba las salves en mi puerta…
Deben emplearse vocablos, frases proverbiales y cantares murcianos; pero sin abusar de su empleo; sin ridiculizar las costumbres del país en que hemos nacido. Escríbanse artículos tan inspirados como «El Desperfollo», debido a la pluma de don Ramón Baquero; o como cualquiera de aquellos «Dose murcianos ilustres», de Rodolfo Caries; o composiciones tan hermosas como «La Guitarra murciana», de Ricardo Gil; o novelas tan sentidas como «Luz», de don Lope Gisbert, luciendo las galas del idioma y describiendo, con fidelidad, los tipos y paisajes de nuestro terruño; que, como he dicho en repetidas ocasiones, no estriba el casticismo en la pronunciación de vocablos solamente, sino en las descripciones fidelísimas de las costumbres populares; en el relato de sus fiestas; en el comentario de sus episodios; en las vibraciones de su espíritu, y hasta en la narración de sus juegos, de sus consejas y de sus pregones...

El 18 de julio de 1936, fue declarada la guerra civil española, que tan malos recuerdos históricos, sufrimos hasta el fallecimiento del dictador Francisco Franco Bahamonde el 25 de noviembre de 1975.